sábado, 22 de noviembre de 2008

Media pila

No quiero mucho, pero lo poco que quiero lo quiero no ya, pero tampoco dentro de mucho. Y pese a que mis ambiciones no son muy ostentosas y aún cuando he logrado alejarme de esta intolerable ansiedad que me persigue tan porfiada, nada, nada y la nada misma me exasperan sin tregua. Y así ando, entre sueños me enriedo y en medio de pesadillas me despierto, sudando lágrimas de impotencia en esta vida alienante que me mata en un día de verano intenso, seco, eterno. Y es cierto, no siempre puedes obtener lo que quieres, pero vamos! No dañaría mucho que por una maldita vez al menos así sea y el teléfono llame dando la buena nueva.